En un video compartido por José Gutiérrez Producciones, residentes de La Yagüita de Pastor, Santiago, expresan su dolor ante la pérdida de Pamela Almonte, ocurrida en El Bronx, Nueva York. El material reúne testimonios en los que describen a la víctima y comentan las circunstancias que rodearon el hecho, así como los sentimientos de sorpresa, tristeza y pedidos de justicia que surgieron en la comunidad.
Los vecinos destacan repetidamente la personalidad de Pamela, describiéndola como alguien querida y de buen carácter. “Muy buena chica, muy buena. Ella era la única y miren cómo nos la quitaron”, relatan al recordar su presencia en el entorno.
La narración colectiva mezcla incredulidad y enojo. Uno de los residentes comenta: “Una buena chica, todos la aman… Palmera era una chica real. Estamos sufriendo todo. No dormí la noche pasada pensando en esa chica, pensando en su hijo, pensando en todo”, enfatizando el impacto que provocó el suceso. Sobre las circunstancias, otro añade con incertidumbre: “No sé por qué, no sé. porque no estaba allí, pero quien sea que lo haga debe pagar sus deudas”, mientras se insiste en que la acción violenta fue pública y brutal.
El relato de la comunidad incluye referencias sobre el momento del hecho. Algunos señalan: “lo que no han dicho es que ella estaba con 10 personas y los 10 dejaron quitar a ella”, mostrando la sorpresa de que varias personas no intervinieran. En cuanto a la dinámica del suceso, se sugiere que hubo un conflicto previo con su pareja: “La que la atoró fue porque ella había un argumento con su novio. Sí. Así que ahí, pero creo que se pusieron en el medio”, indican los testigos.
Frente a la situación, también surgen exigencias de justicia: “Que traigan al angelito para acá para que vean cómo nos lo vamos a comer”, comenta una residente, mientras otra afirma: “Fue una muchacha que nadie pudo decir sobre ella aquí, ni allá tampoco… el que hizo eso que pague su justicia”.
A lo largo del video, los testimonios se entremezclan con referencias familiares y la incertidumbre sobre el paradero de los seres queridos. Se menciona que “su padre está en Nueva York y su hermano está buscando a ella”, reflejando el luto y la conmoción provocados por la noticia en el pueblo. El conjunto de intervenciones transmite veneración por la víctima, consternación ante la brutalidad de la acción violenta y un reclamo explícito de que el responsable rinda cuentas ante la justicia, mostrando la fuerte repercusión que la pérdida ha tenido en la comunidad.