El ciclón tropical Melissa conserva su fuerza mientras continúa desplazándose hacia el territorio de Jamaica, acompañado de intensas corrientes y ráfagas que mantienen la alerta en toda la región. Las autoridades locales monitorean con atención el progreso del fenómeno, que podría impactar el oriente de Cuba en las próximas horas con un patrón similar de viento sostenido y condiciones marítimas adversas.
Los reportes meteorológicos confirman que Melissa mantiene su estructura compacta y una circulación definida sobre aguas cálidas, lo que favorece su permanencia como sistema de alta intensidad. Las instituciones de vigilancia recomiendan precaución, especialmente en las zonas costeras y en áreas montañosas propensas a deslizamientos.
El Centro Nacional de Huracanes informó que las bandas externas del ciclón comienzan a influir sobre el Caribe central, generando lluvias intermitentes, oleaje elevado y ráfagas periódicas en distintos puntos del archipiélago. Se espera que su desplazamiento hacia el noroeste continúe durante las próximas jornadas, acercándolo gradualmente al oriente cubano.
Mientras tanto, la población de Jamaica refuerza medidas preventivas ante la proximidad del fenómeno. Las autoridades locales han instado a mantenerse informados y a seguir las orientaciones oficiales sobre posibles evacuaciones o restricciones temporales. En las zonas bajas, se prevé un aumento del nivel del mar y posibles afectaciones en vías de comunicación.
La situación ha recordado a muchos la formación de la tormenta Noel en 2007, un evento que ocasionó grandes daños en República Dominicana y que permanece en la memoria regional como ejemplo de la vulnerabilidad del Caribe ante sistemas de esta magnitud. En ese contexto, los expertos subrayan la importancia de la preparación temprana y la respuesta coordinada ante emergencias.
Los meteorólogos destacan que los efectos indirectos de Melissa podrían sentirse durante al menos las próximas 48 horas, incluso en territorios alejados de su trayectoria principal. Lluvias continuas, viento sostenido y alteraciones en la navegación se mantienen como los principales riesgos. Las instituciones de rescate y defensa civil permanecen activas para responder ante cualquier eventualidad.