En Santo Domingo, la madrugada del miércoles estuvo marcada por un intercambio tenso entre el creador de contenido humorístico Carlos Montesquieu y la artista urbana dominicana conocida como La Perversa, durante la segunda temporada del reality show La Casa de Alofoke. El momento surgió a partir de una conversación aparentemente cotidiana que terminó generando una reacción inesperada entre ambos participantes, según lo observado en la transmisión.
El intercambio comenzó cuando La Perversa le preguntó a Montesquieu qué estaba cocinando y si podía darle una porción. Él respondió que no, aclarando que estaba preparando una cena exclusivamente para los invitados presentes en la casa durante ese momento. La artista, sorprendida por la respuesta, indicó que no había inconveniente y que ella misma prepararía su comida. Ese cruce de palabras terminó siendo el punto de partida de una conversación cargada de incomodidad.

La tensión aumentó cuando Carlos expresó públicamente que La Perversa había utilizado una crema hidratante para el rostro que, según afirmó, era de su propiedad. Frente a los compañeros e invitados que se encontraban en la cocina, señaló incluso que la artista empleaba la crema para atender una molestia en la piel, comentario que calificó como motivo de burla en el Super Chat del programa. Esta afirmación generó un ambiente incómodo y elevó aún más la tensión entre ambos, afectando la dinámica del grupo.
La Perversa respondió con firmeza y expresó un comentario que reflejaba la molestia del momento. Añadió que, a diferencia de la situación vivida, ella acostumbraba a cocinar para todos y que, en ocasiones anteriores, cuando Carlos le había solicitado comida, ella nunca había negado nada. Su réplica expuso su perspectiva sobre la convivencia dentro del reality y destacó su disposición habitual hacia los demás.

El cruce verbal se convirtió rápidamente en uno de los momentos más intensos de la madrugada, debido a la estabilidad emocional afectada por los comentarios y por la forma en que se realizaron los señalamientos frente al resto del grupo. La interacción continuó generando reacciones entre los participantes presentes, quienes observaron la manera en que la conversación se transformó en un desacuerdo abierto.
Finalmente, La Perversa decidió preparar su propia cena y luego retirarse a la habitación. Una vez allí, rompió en llanto, expresando un sentimiento de impotencia y decepción por haber recibido comentarios que consideró difíciles de asimilar, especialmente provenientes de una persona con la que mantenía una relación cercana dentro de la competencia. El momento quedó registrado como uno de los episodios más tensos de la jornada y reflejó los desafíos emocionales que pueden surgir en un espacio de convivencia televisada.

Por: Lady Alvarez
