La Casa de Alofoke 2 experimentó un ambiente de marcada tensión este domingo cuando se produjo un intercambio de palabras entre el creador puertorriqueño Michael Flores y el modelo italo-venezolano Giuseppe Benignini, quien también forma parte del panel del programa Sin Filtro Radio Show. La situación captó la atención de todos los presentes, ya que ocurrió mientras las cámaras del proyecto se encontraban en funcionamiento y registraban cada detalle del encuentro.
El intercambio se originó cuando Michael Flores expresó un señalamiento dirigido a Benignini, indicando que éste habría tomado paquetes correspondientes a Amazon. Dicha afirmación generó de inmediato la reacción del modelo, quien manifestó con firmeza su desacuerdo y rechazó completamente lo mencionado por el creador. A partir de ese instante, ambos elevaron el tono de voz y mantuvieron una postura rígida frente a la observación inicial.
Durante el cruce verbal, Benignini dirigió hacia Flores un calificativo utilizado en el argot urbano, al referirse a él con la expresión “chota”, término que suele emplearse para describir a quienes, en determinados entornos, son percibidos como personas que revelan información o actúan en contra de la confianza de otros. Esa expresión añadió un elemento adicional de tensión y contribuyó a que la atención en el lugar se concentrara aún más en el intercambio.
Los presentes mostraron incomodidad ante la intensidad de la discusión y trataron de intervenir para disminuir el nivel de confrontación. Sin embargo, los intentos iniciales por parte de los demás participantes no lograron detener el avance del diálogo alterado, que continuó durante varios minutos antes de que el ambiente comenzara a retomar un mínimo nivel de calma. Las cámaras del espacio documentaron cada gesto, palabra y reacción, dejando evidencia del momento tal como ocurrió.
La dinámica interna del proyecto se vio transitoriamente afectada por la situación, ya que el episodio surgió en medio de actividades cotidianas. Los integrantes del entorno intentaron generar un espacio de diálogo más moderado, procurando que las opiniones encontradas no interrumpieran el desarrollo normal de las labores que se realizaban al momento del intercambio.
A pesar de los esfuerzos iniciales para mitigar la tensión, fue evidente que el ambiente se mantuvo cargado mientras ambos insistían en sus respectivas posturas. Flores se mantuvo en su afirmación original, mientras Benignini reiteró su rechazo de manera categórica, dando paso a un intercambio prolongado que ocupó la atención central dentro del recinto.
Con el paso de los minutos, la intensidad comenzó a descender ligeramente gracias a la insistencia de otros miembros del espacio en promover la continuidad de las actividades habituales. La presencia de observadores y colaboradores contribuyó a que la conversación se fuera diluyendo gradualmente, permitiendo que el entorno retomara una estabilidad mayor en comparación con los instantes iniciales de la discusión.
Aunque no se detallaron pasos posteriores derivados del intercambio, el hecho en sí marcó una pausa en la dinámica del lugar y destacó la influencia que las diferencias verbales entre participantes pueden ejercer en un espacio compartido y observado por cámaras en tiempo real.