Una joven fue despojada de prendas, dinero y un teléfono celular valorados en más de 140 mil pesos en San Francisco de Macorís, tras ser presuntamente engañada por un hombre que se hacía pasar por brujo.
Según relató Franklin Mercedes, testigo del hecho, él y una compañera se encontraban comprando en el mall ubicado frente al estadio alrededor del mediodía, cuando un hombre de nacionalidad haitiana se les acercó, entregándole a la mujer un papel con números extraños y asegurándole que debía “santiguar sus pertenencias para que no le pasara nada”.
El individuo aprovechó el momento para cambiarle las pertenencias, envolviéndolas en un papel y entregándole otro paquete falso. Mercedes explicó que el sujeto le pidió a su compañera las pertenencias supuestamente para santiguarlas y protegerla a ella y su familia de cualquier daño. La mujer inicialmente se negó, pero el hombre insistió con mensajes intimidantes sobre posibles consecuencias para ella o sus familiares.
Entre los objetos sustraídos figuran una cadena de oro valorada en unos 70 mil pesos, un guillo de aproximadamente 40 mil, un iPhone 15 y 24 mil pesos en efectivo. El engaño se consumó cuando el supuesto brujo envolvió las pertenencias de la víctima en un papel blanco, las colocó debajo de su hombro y en cuestión de minutos las reemplazó por otro paquete similar que no contenía los artículos originales.
Mercedes admitió que aunque él no cree en brujería, no se percató del momento exacto del cambio. “Yo estaba pendiente ahí, pero no me di cuenta cuando le cambió las pertenencias de ella“, expresó el testigo, quien reconoció que el engaño fue ejecutado con extrema rapidez durante aproximadamente 10 minutos.
El papel con los números extraños que inicialmente entregó el sujeto a la joven posteriormente se borró solo, según describió Mercedes. Este detalle formaba parte de la estrategia de engaño utilizada para convencer a las víctimas de la supuesta necesidad de protección espiritual.
Tras consumar el engaño, el hombre abordó un vehículo y huyó del lugar junto a otro individuo. Cuando Franklin Mercedes y su compañera se dieron cuenta del fraude y miraron hacia atrás buscando al responsable, este ya se había retirado del área con las pertenencias robadas.