Una madre denunció la vulneración física grupal orquestada por una compañera de escuela, de la que fue víctima su hija de 13 años en El Café de Herrera de Santo Domingo Oeste. De acuerdo a la progenitora, a pesar de existir órdenes de arresto emitidas contra los tres presuntos implicados, las autoridades aún no han ejecutado las detenciones, a casi ocho meses del hecho.
La señora narró que el caso se remonta al 22 de febrero del presente año, cuando una compañera de clases, también de 13 años, esperó a su hija fuera del plantel escolar para llevarla al lugar donde ocurrió el hecho bajo intimidaciones supuestamente con un objeto afilado. Las circunstancias del incidente reflejan la gravedad de lo ocurrido.
Según la denuncia presentada, la adolescente autora de la violencia le manifestó que pertenecía a una banda denominada “Los Trinitarios”, y la llevó hasta una vivienda en el sector El Café de Herrera. La menor víctima fue trasladada bajo coacción hasta el lugar donde se perpetró el acto violento.
En el lugar, presuntamente, la encerró en una habitación junto a otros dos varones, uno menor de edad y el otro mayor de edad, este último identificado como Gabriel Sanquitin, donde fue obligada a actos indebidos, además de haber sido tocada en su parte íntima y senos de forma indebida. La menor fue sometida a actos que vulneraron su integridad física y emocional.
La madre informó que desconocía del paradero de su hija desde el viernes 21 de febrero, y fue localizada al día siguiente en estado de alteración emocional considerable. El impacto psicológico en la menor fue evidente al momento de su localización por parte de la familia.
De acuerdo al expediente, al cual tuvo acceso este medio, el caso fue calificado por las autoridades como comercialización y tráfico de niños, niñas y adolescentes, según lo que contempla el artículo 396, literales B y C de la Ley 136-03 que sanciona la explotación forzosa de menores.
A raíz de las investigaciones realizadas, la Fiscalía de Santo Domingo Oeste emitió órdenes de arresto contra los presuntos implicados en el hecho, pero hasta el momento las autoridades han hecho caso omiso de ejecutar las detenciones correspondientes. La falta de acción policial ha generado frustración en la familia afectada.
Durante la entrevista, la víctima relató que en otras ocasiones había sido víctima de acoso y comportamiento intimidante por parte de la perpetradora, pero decidió guardar silencio por temor y a raíz de las intimidaciones recibidas de manera constante. El patrón de comportamiento violento era previo al incidente principal.
Explicó que un día antes del hecho principal, la misma autora de la violencia la llevó al baño de los hombres del centro educativo, donde se encontraba un joven presuntamente perteneciente a la banda Los Trinitarios, quien la obligó a actos indebidos. Este antecedente demuestra que la situación de vulneración era recurrente antes del incidente mayor denunciado por la familia.