César Díaz Filpo, exsenador de Azua, ha descartado que hecho acontecido el pasado martes en su residencia, haya tenido como motivo principal el robo de sus pertenencias.

Aclaró que en conjunto a su esposa, Ynocencia Díaz, la actual senadora de Azua, en principio habían pensado que los hombres que ingresaron, habían extraído unas prendas y una computadora, sin embargo, luego de hacer una revisión con calma del hogar, notaron que no había nada faltante.

Díaz Filpo expresó que los hombres terminaron retirándose con las manos vacías, y que aunque pensaban que habían tomado un reloj que pertenecía a la niña y una computadora, tras realizar una búsqueda en el transcurso de los días, dichos artículos se encontraban dentro de una caja. Por ese hecho, se asume que el móvil no es robo y que ya es trabajo de la Policía, buscar el objeto del móvil.

También comentó, que los tres sujetos, merodearon por el apartamento, tocando tres relojes y una cadeneta de su propiedad, aunque finalmente las dejaron acotando de que no eran de su interés. En múltiples oportunidades se le preguntó por la ubicación de la caja fuerte, mientras encontrarla por sus propios medios en todo el lugar.

El exsenador expresó que se encuentra extrañado del hecho, porque se considera unas personas de buen vivir, pacíficas y que siempre buscan aportar a la sociedad, tanto en su ubicación actual, como en su provincial natal. Entre sus creencias, se encuentra la idea de que alguna persona quiso enviarles un susto o quería amedrentarlos.

El forcejeo

El exlegislador, informó que al momento de los hechos, forcejeó con uno de los individuos, sin embargo, recibió un golpe con un tubo, para posteriormente ser amarrado, mientras su hogar era revisado.

Según su relato sobre el hecho, había llegado de dar una caminata y se disponía a pegarse una ducha, cuando al momento de quitarse la ropa, ve que rápidamente ingresa un hombre a la habitación. Fue justo en ese momento donde se llevó a cabo el forcejeo, sin embargo, fue tirado a la cama y golpeado varias veces, acto seguido entra el segundo sujeto, y lo sostiene, mientras que el primero, agarró un tubo y le propinó varios golpes con el mismo.

Tras la marcha de sus atacantes, Díaz Filpo, logro desamarrarse y comenzó en la búsqueda de ayuda.

Sobre la forma de ingreso a su apartamento, comentó que quitaron dos llavines a la puerta, usando destornilladores, y se mostró sorprendido, por la forma en como habían logrado pasar tan desapercibidos, lo que deja un mal sabor por parte del protocolo de seguridad, a quienes aún se cuestiona si ellos son cómplices del hecho, o alguien en su torre.