Sí, el verano además es temporada de alergias. Aunque en estaciones de transición, como la primavera y el otoño, a lo largo de la era estival es recurrente un crecimiento de alergias.

A propósito de que hoy, 8 de julio, es el Día Mundial de la Alergia, el médico Iván Peñafiel, alergólogo e inmunólogo clínico, habla de las alergias más frecuentes a lo largo del verano y qué hacer para evitarlas. 

Alergias

8 de julio, Día Mundial de la Alergia

 

Alergia al polen y ambiental

El médico explica que las alergias aeroambientales son las que más se muestran a lo largo de la actualidad. 

Estas alergias se deben a que nuestro sistema inmune reconoce como gigantes enemigos a productos que se hallan en el ambiente. A los ácaros que formarán el polvo del hogar, los mohos de la humedad, la caspa de perro y diferentes pólenes. 

Reaccionando de la misma forma que lo harían ante un ataque real, ejemplificando, ante un virus, refiere. 

Por lo regular, están afectando los ojos y la nariz. En los ojos se plantea con un profundo picor, lagrimeo, hinchazón, dolor y enrojecimiento. Mientras tanto que en la nariz se crea picor, se crea mucho moco o secreción, estornudos e inflamación.

 En la situación de que los aeroalergenos lleguen al pulmón, este tratará de eliminarlos por medio de tos seca persistente. Y, al inflamarse y permanecer hinchado, duro y sensible, habrá falta de aire, opresión o dolor en el pecho. 

Peñafiel explica que los pólenes que generan alergia son esos ‘aerotransportables’. No es la rosa que tiene un pólen adhesivo y pesado, sino ciertos árboles, matas y grama que tiene su polen liviano. Este que viaja por el aire cientos de kilómetros. 

Estas plantas inician su polinización en primavera y la continúan a lo largo del verano”, dice. 

En los individuos alérgicos a los pólenes los indicios aparecen en ciertos periodos fijos del año una vez que salen a espacios abiertos. Realizando crisis de rinoconjuntivitis o asma, si la proporción de polen es alta. 

Este conjunto de individuos, en caso de indicios bastante intensos, tendrá que definir las ocupaciones al aire libre. 

Tips a tomar en consideración 

  • Conservar las ventanas cerradas a lo largo del horario de más polinización. Airear la casa, temprano en la mañana o por la noche. Generalmente en medio de las 9:00 de la noche y las 9:00 de la mañana o después de haber llovido, puesto que hay menor proporción de polen. 
  • Hacer lavados nasales (disminuyen la carga nasal de alérgenos y los síntomas). 
  • Conservar las ventanas del transporte cerradas y colocar filtros antipolen en el aire acondicionado. 
  • Eludir contacto con la grama: eludir, cortarlo o estar en contacto directo. 
  •  No secar la ropa en el exterior. Quitarse la ropa antes de entrar al cuarto y darse una ducha, lavándose el cabello para remover el polen pegado al cuerpo.

Otros tipos de alergia

El otro tipo de alergia a aeroalergenos, apunta el médico, está relacionada con los ácaros que se hallan en el polvo del hogar. La existencia de moho u hongos que se hallan en sitios con humedad y la exposición a la caspa que dejan los animales. Un ejemplo de ello es el perro y el minino. 

En verano, por el hecho de quedar más tiempo en el hogar, pegados del abanico o del aire acondicionado por el calor, se incrementa la exposición. Sin embargo, además por los viajes fuera de vivienda a sitios con poco control ambiental y enorme carga de alérgenos, como sitios de veraneo o que hayan permanecido cerrados.

Los tips para este conjunto de alérgicos es limpiar el aire acondicionado y abanicos de forma regular. También, remover el polvo, eludir objetos que acumulen polvo como tapetes, peluches y tapizados y combatir la humedad, sugiere. 

En caso de viajes a sitios que no se han limpiado y ventilado, indica hacer una limpieza previa con cambio de la ropa de cama y, de ser viable, limpieza de colchón, almohadas y uso de protectores antiácaros. 

Alergias alimentarias y por picadura de insectos

Las alergias alimentarias son habituales en esta temporada por el cambio en los hábitos y más comidas fuera de la vivienda. Asimismo, lo son las alergias por picadura de insectos, debido a que en verano proliferan las abejas, las avispas y los mosquitos. 

Asimismo, Peñafiel recalca que es fundamental distinguir una “alergia” cutánea a insectos o alimentos caracterizada por la aparición, después de exponerse a ellos, de picor, enrojecimiento, ronchas o hinchazón, de una alergia grave y potencialmente mortal, exitosa como anafilaxia. 

La particularidad de la anafilaxia es que fuera de los indicios cutáneos, aparecerán así sea indicios digestivos (vómitos, náuseas, cólicos fuertes, diarrea), respiratorios (falta de aire por hinchazón de la garganta o por sentirse apretado: con dolor de pecho o silbido asociado) mareos, frialdad distal (presión arterial baja) o sensación de desvanecimiento.

En caso de que se presenten estas señales, plantea que se debería asistir con urgencia a una consulta de alergología.

Sin embargo, si hablamos de alergias leves, ofrece la utilización de antiálergicos y a veces de corticoides orales, que limitan los indicios cutáneos. 

En la situación de alergia a alimentos, índica leer las etiquetas de todo lo cual se vaya a consumir y preguntar por los componentes que conforman el plato cada vez que se coma fuera de vivienda.

Para evitar la picadura de insectos, aconseja evadir sitios de peligro, ropa con colores vistosos o perfumes intensos. 

Asimismo, conservar la comida cubierta hasta consumirla, evitando que su olor atraiga a los insectos, no intentar espantar y alejarse muy lento en caso de estar alrededor de insectos voladores. 

Aunque reconoce que no constantemente es efectivo, también propone la utilización de repelente.

Urticaria por calor

Si después de exponerse de forma fuerte al sol aparecen pequeños aspectos circulares enrojecidos o pequeñas ronchas (sobre todo en damas adolescentes de 15 a 35 años), es viable que se intente una lucitis estival benigna. 

Esta alergia surge principalmente a grado del escote y puede propagarse a los miembros superiores. Se debería a irritación por el sol. “Esta ‘rasquiña’ que lesiona la dermis no es de riesgo, puesto que no deja marcas, empero es incómoda al generar mucho picor”, refiere. 

¿Cómo eludir su aparición? No se debería exponer al sol en horas pico (entre las 11:00 de la mañana y las 5:00 de la tarde), así como utilizar un protector solar de buen grado(UV +50). Así como, aplicar cada 3 o 4 horas. 

El procedimiento en caso de brote se apoya en la utilización de antinflamatorios para la dermis (corticoides), la utilización de agua termal y cremas hidratantes reparadoras.

En caso de que aparezca un fuerte enrojecimiento que no corresponde con el nivel de exposición al sol, se debe descartar la existencia de medicamentos que potencian el mal solar (fotosensibilizantes). Y ocasionan toxicidad directa o alergia y mal en la dermis. 

Alergias

Si después de exponerse de forma fuerte al sol aparecen pequeños aspectos circulares enrojecidos o pequeñas ronchas, es viable que se intente una lucitis estival benigna.

Medicamentos

La lista de medicamentos de esta clase es extensa.Empero los equipos más conocidos corresponden a los antiinflamatorios no esteroideos usados para controlar el dolor, antibióticos, antidepresivos, antihipertensivos, etc.”, dice.

En caso de indicios de esta clase, es fundamental consultar con un especialista y no exponerse al sol. 

Los individuos con piel seca o con dermatitis atópica tienen la posibilidad de tener crisis de resequedad y enrojecimiento en verano. Debido al incremento del calor, la humedad y a la exposición prolongada en ríos, playa y piscina. 

En aquellos casos, es importante la utilización de un jabón correcto. La hidratación exhaustiva diaria de la dermis y la utilización de medicamentos cutáneos antiinflamatorios (corticoides) en caso de brotes con enrojecimiento. 

Si después del baño la dermis se pone costrosa, reseca, con puntos como piel de gallina o surge picor, se necesita incrementar la proporción de crema hidratante, destaca. 

A aquello añade que constantemente se debería enjuagar el cloro y la sal después de playa o piscina. Así como secar cuidadosamente e hidratar la dermis con una crema dermatológicamente conveniente.

Peñafiel termina mencionando que, en la situación de los chicos alérgicos que acuden a campamentos de verano, es fundamental instruirlos sobre qué tienen que hacer frente a un episodio de alergia.

Se les debería documentar sobre alimentos a eludir, procedimiento en caso de indicios (siempre es bueno tener una estrategia de acción para cada tipo de alergia con su doctor de cabecera) y un correcto control del ambiente una vez que visiten sitios de riesgo, concluye.