El sistema con que cuenta la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental, posee un reglamento en el que cambia de manera drástica la forma de percibir las denuncias y es una acción que cumplen rigurosamente en su labor.
Dicho reglamento posee el propósito de que las denuncias que se deseen realizar de manera confidencial, tendrán que realizarse por las vías con que disponen en la Dirección, que son las oficinas públicas, por rumor público o llamando al 311.
La prioridad que tiene este sistema, es poder resguardar la integridad del denunciante, así como fijar las vías que estarán disponibles para los miembros de la DIGEIG que realizarán las investigaciones correspondientes al caso que atiendan.
Basándose en esto, la encargada general de esta Dirección, Milagros Ortiz Bosch indicaría que está en el deber de la organización cuidar la integridad y no hacerla formar parte de empleos mediáticos, si no más bien garantice que el proceso de la denuncia que realizará el ciudadano sea completo.
También enmarcaría la importancia que tienen los medios de comunicación, porque son el vínculo que tiene el gobierno y la ciudadanía para generar confianza, así como disponer el tiempo para poder dialogar con la prensa.
Se expresaría la encargada de DIGEIG:
“No hay medio de comunicación que quiera verme que no me vea, no hay pregunta que me hagan, que yo no esté dispuesta a contestar, aun así, debemos cuidar y preservar el derecho a la información y a la vez garantizar el debido proceso de los casos”
También resaltaría que es de importancia hacer vales las normativas que tienen en la organización, para prevenir el manejo incorrecto de tales denuncias que llegan.
Con sus palabras concluiría:
“Esta dirección no es la justicia, pero está obligada a actuar como si lo fuera en el cumplimiento de la garantía ciudadana que hacen serías nuestras investigaciones”