Oficiales Nacionales de Haití, detuvieron al sacerdote identificado como Frantz Cole, luego de ser interrogado por el contrabando de armamento de alto calibre a mediados de julio.

Antes del interrogatorio, el padre habría ignorado las citaciones que le hacían llegar los oficiales.

El informe, que hace relación a este caso, habrían detenido a dos mujeres y entre ella estaba Gina JL Colls por los oficiales de aduanas, quien era la encargada de recibir el cargamento.

Dicho informe indicaría:

“La policía busca activamente a otro sospechoso, un ciudadano de Zimbabue, Vundla Sikhumbuzo”

Ante esto, la iglesia Episcopal presentaría una denuncia en que señalaría que no había importado libre de impuesto aquel contenedor que contenía las armas.

El informe relacionado con lo que confiscaron las autoridades, indicarían que el contenedor fue allanado en el puerto de Port-au, donde encontrarían 18 armas automáticas, 6 ametralladoras AK-47, Rifle calibre 12, M-4, alrededor de 20.000 cartuchos, entre otros…

Señalarían igual:

“Es el resultado del inventario parcial de un solo contenedor. Hay tres más para revisar mañana por la mañana o pasado mañana”

Jacques Lafontant, quien forma parte del comisionado del gobierno, señalaría:

“El contenedor estaba destinado a la Iglesia Episcopal de Haití. Esto es lo que podemos leer en el manifiesto. La persona que estuvo a cargo de recibir el contenedor, el agente de aduanas, es la señora Gina JL Rolls”

Preocupación internacional

Ante esto, las autoridades de Estados Unidos presentarían preocupación por el sustancial incremento del tráfico de armas que proviene desde el sur de Florida a Haití, así como de otras provincias caribeñas.

En Miami ofrecería una rueda de prensa el Agente Especial Anthony Salisbury, quien forma parte de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional, que también está a cargo de los casos en Florida, donde coloco en relieve las armas que han confiscado durante los últimos meses.

Parte de todo el armamento que se ha confiscado durante el tiempo señalado, enmarcan rifles de francotirador de calibre 50, las cuales cuentan con un precio que aproxima a los 60.000 dólares en el mercado negro.

Al igual señalaría el agente especial, en modo alerta:

“En las manos equivocadas, estas armas son capaces de causar una destrucción incalculable. En las manos equivocadas, estas armas pueden fácilmente causar muchas bajas”

Donde no enumeraría al número de armas que han confiscado, ni de los operativos realizados durante el tiempo descrito, por aún haber una investigación en curso.

Fuente: El Día